¿Qué profesional de la reparación de vehículos no se ha encontrado alguna vez con un cliente que ha acudido a su taller y le ha dicho: “mi coche huele a (pon el olor que se te ocurra), ¿qué puede ser?”?
Y es que los olores desagradables o inusuales suelen ser indicadores de que algo está a punto de ir mal (o ya está yendo mal) en el vehículo. Por eso, es la labor del taller hacer pedagogía con sus clientes y animarles a ir al taller cuando llegue esta situación para realizar una revisión del vehículo.
Olores que denotan fallos o averías
No obstante, y antes de empezar a ponernos manos a la obra con el coche de nuestro cliente llegado este caso, identificar un puñado de olores “problemáticos” comunes servirá al profesional de pista o guía para saber de dónde puede venir el fallo o la avería.
Asimismo, aprender a reconocer estos olores es importante pues podemos enseñar a nuestros clientes a idenfiticarlos y, con ello, prevenirles de futuras averías e, incluso, de un accidente.
#1 – Sobrecalentamiento de las pastillas de freno
Por ejemplo, ¿qué pasa si el olor proviene de los frenos? ¿significa que necesitan un mantenimiento inmediato? El sobrecalentamiento de las pastillas de freno tiende a emitir un olor característico a alfombra quemada o a pelo quemado.
De todos modos, este olor no siempre significa necesariamente que se deban reemplazar las pastillas de freno. Si este olor se produce tras bajar una montaña con el pie en el freno la mitad del tiempo, el olor probablemente es normal (consejo para el cliente: en lugar de frenar es menos dañiño para los frenos usar marchas cortas).
Sin embargo, si este olor se produce en condiciones normales podría significar que un freno se está “arrastrando” porque el pistón de la pinza se ha bloqueado. En este caso, el coche necesita una reparación inmediata.
#2 – Mangueras o cinturones sueltos
Cuando una manguera, manguito o correa se suelta, generalmente hace contacto con otras partes bajo del capó que se calientan mucho mientras conduce. Como estos componentes están hechos de goma, el olor que nos ‘traerá’ el cliente será a goma quemada.
Este olor se suele asociar a los neumáticos (incluso existe la frase “quemar goma” para referirnos a conducir rápido), pero suponiendo que el cliente no haya estado haciendo derrapes o acelerones, el olor es probable que proceda de algún componente de caucho del motor.
#3 – Sistema de climatización
Si huele a moho, en el interior del vehículo, sobre todo, al conectar el sistema de climatización, puede significar que ha surgido moho dentro del evaporador. Esto generalmente se debe a que la humedad se condensa y permanece estancada, lo que le da tiempo para crecer al moho.
La solución puede ser desde algo tan simple como apagar el aire acondicionado pero dejar el ventilador encendido mientras conduce unos pocos kilómetros para conseguir que se seque el sistema, o bien podría ser necesario aplicar un fungicida, incluso cambiar el filtro de habitáculo.
#4 – Línea de inyección de combustible con fugas
Por otra parte, si el cliente acude al taller por un fuerte olor a gasolina o gasóil en cualquier momento que no esté en una estación de servicio, puede deberse a una línea de inyección de combustible defectuosa.
En el peor escenario, podría deberse a un problema en el sistema de emisiones o, peor aún, una fuga de combustible que podría incendiar el vehículo. En cualquier caso, el paso por el taller es urgente.
#5 – Fallo en el convertidor catalítico
Otro olor con el que pueden acudir al taller es el olor a huevos podridos. En este caso, si el convertidor catalítico de su vehículo huele a huevos podridos significa que el catalizador no funciona correctamente: no está convirtiendo el azufre presente en la gasolina y ese es el olor que probablemente esté experimentando tu cliente.
#6 – Fugas del refrigerante
Por otra parte, otro olor como a dulce, casi como a jarabe o caramelos también puede anticipar una fuga de refrigerante. Asimismo, una subida de temperatura junto con un fuerte olor acre, picante, denota una pérdida crítica de refrigerante.
En el taller, además de comprobar el nivel, primero habrá que descartar posibles fugas o algún fallo en, por ejemplo, la bomba de agua.
#7 – Otros olores
Si el olor referido es a aceite quemado (olor acre, que se vuelve más picante cuando se quema), el motor podría estar quemando lubricante. Si el motor quema aceite en exceso, y esto se acompaña de un humo azulado o gris, es porque existe un fallo en algún punto del circuito. Asimismo, este olor también puede estar causado por un nivel demasiado bajo del aceite.
También puede oler a aceite quemado por el fluido de la transmisión. Este líquido es bastante difícil de oler desde el interior del vehículo. Es más sencillo detectar una fuga antes de olerlo. En el mejor de los casos, una junta está comenzando a desgastarse o alguna conexión está suelta. Mientras, en el peor escenario, la junta de la bomba o del eje de salida ha fallado y entonces sí que hay un problema.
Como ves, conocer los distintos olores que puede desprender un vehículo te puede dar una pista de por dónde comenzar la revisión del vehículo para detectar el fallo lo antes posible. De igual forma, en BG Products y Guaja Trading encontrarás la ayuda que necesitas para tu negocio. Y es que en nosotros tienes los aliados de la rentabilidad de tu taller.