Recién cumplidos los 29 años, Pablo Moreno Huete es mecánico profesional desde los 18 y desde 2011 trabaja en su propio taller, PMH Motorsport, en Borox (Toledo). A pesar de su juventud, Pablo tiene una gran experiencia en la reparación de vehículos, curtida no sólo en el día a día del taller sino también en la competición. Apenas terminada su cuarta participación en el Dakar, la primera como copiloto, se asoma al blog de BG Products para compartir sus experiencias en el rally raid más duro del mundo. Allí, con la piloto burgalesa Cristina Gutiérrez, acabó en un meritorio 26º puesto en la general final de coches, siendo Cristina la mujer mejor clasificada en su categoría.
“Lo que más me gusta de mi trabajo como mecánico es solucionar problemas rápido y bajo presión y en poco tiempo. De ahí mi afición al motorsport. En cambio, lo que no se me da tan bien es el trato con el cliente final de vehículo de calle. Por eso, siempre que puedo lo evito y lo delego en alguno de mis compañeros en el taller”, reconoce Pablo.
“A parte de la mecánica, mi otra gran pasión es el motorsport. Por eso, tengo la suerte de haber convertido mi pasión en una forma de vida, aunque no ha sido fácil: me ha dado mucho, pero también te quita muchísimo. Es muy complicado soportar tantos viajes, tanta presión, tantos plazos de entrega, y siempre tienes que estar dedicado a ello, perdiéndote mucho por el camino. Pero al final, es lo que sé hacer, y es todo un estilo de vida”.
De copiloto y mecánico en el Dakar
Pablo Moreno comenzó profesionalmente en el motorsport en 2008, siempre como mecánico. Su salto al Dakar se produjo en 2016 dentro de la estructura de DKR como mecánico, hasta esta última edición del Dakar en la que se ha estrenado como copiloto en un Mitsubishi Eclipse Cross de Sodicars Racing. “Este año Cristina Gutiérrez me ha dado la oportunidad de ser su copiloto, y aunque al principio estaba indeciso, y me ha costado mucho trabajo, me lo tomé muy en serio, y he dado todo de mi para poder hacerlo lo mejor posible”, confiesa.
“De esta última edición, lo más difícil, quizá, ha sido, precisamente eso, el cambio de labor por mi parte, pues no tenía experiencia como copiloto, y me ha costado mucho aprender y adaptarme a ello. Además, hemos tenido que superar muchos problemas y dificultades, hasta plazos de reparación que parecían imposibles en tan poco tiempo, pero que, al final, se han conseguido cumplir”.
A pesar de la dureza, de los días sin dormir, de llegar a hacer 1.000 kilómetros diarios y seguir trabajando, “y solucionar todo lo que se nos ponga por delante, como sea, para seguir dentro de la competición”, Pablo está orgulloso de su experiencia en el rally raid más exigente del mundo. “Tengo la suerte de poder decir que, en los cuatro años consecutivos que he participado en el Dakar, todos los vehículos que hemos llevado han finalizado, y creo que eso es increíble. Sin duda, es fruto del trabajo de todo el equipo, que damos el 100% para que todo salga adelante”.
Mejorar, aprender y luchar
De su experiencia en el Dakar, Pablo destaca, por encima de todo, lo que le aporta su participación tanto en lo personal como en la profesional. “Lo que más valoro del Dakar, en lo personal, es la oportunidad que te da para conocerte a ti mismo, para sacar lo mejor y lo peor de ti, y para hacerte mejorar, aprender y luchar. En lo profesional, te enseña mucho sobre la tranquilidad, quizás por la falta de ella. Te obliga a ser más calmado, a pensar fríamente, y a no cometer errores. Te enseña a encontrar la mejor solución, a buscar siempre todas las vías posibles de reparación, y a no rendirte nunca”.
Una experiencia que también le ha servido, y mucho, en su día a día. “Tantos años de trabajo combinando la mecánica de calle con la competición, te ayuda a superar todos los imprevistos que se te plantean. Además, en la mecánica de calle nos encontramos con muchos problemas complicados, que nos ayudan a mejorar los coches de competición para prevenir este tipo de averías o problemas en carrera”.
Por último, Pablo Moreno asegura que algún día probará como piloto, “pero, por ahora, estoy centrado en trabajar, y en seguir progresando”.