El cambio del líquido refrigerante (o anticongelante como aún es conocido por muchos automovilistas) es una de las operaciones más comunes en los talleres. Su ejecución es muy sencilla, pero requiere de su tiempo por lo que, realizarla en el mínimo imprescindible y de forma correcta, nos ayudará a ganar en productividad sin perder eficiencia. Y gracias a BG Products, como veremos, también puede ser más rentable.
Este líquido precisa de un mantenimiento periódico tanto entre los intervalos de cambio —el cliente debería comprobar su nivel cada 1.000 kilómetros— como a la hora de realizar su sustitución cuando lo recomienda el fabricante, pues, como todo profesional sabe, realiza dos funciones vitales. Por un lado, ayuda a evitar que el motor se sobrecaliente, y por otro, previene que elementos como la bomba de agua se oxiden o corroan por falta de engrase.
Del agua al líquido refrigerante
El líquido refrigerante ha evolucionado mucho desde el uso de agua destilada para rebajar la temperatura de los motores. No en vano, un líquido refrigerante de calidad suele contener, junto con agua desmineralizada y desionizada, etilenglicol, aditivos inhibidores de corrosión y antiespumantes además de colorantes para la detección de fugas.
Y es precisamente la cantidad de etilenglicol (o sus otras denominaciones: etanodiol, glicol de etileno o glicol) la que indica el nivel de protección a la congelación, su punto de ebullición a presión atmosférica y su calor específico. Así, encontramos concentraciones al 10, al 30 y al 50%.
Por eso es tan importante, y desde BG Products así lo aconsejamos, usar el líquido refrigerante recomendado por el fabricante del vehículo, algo especialmente crítico en los vehículos modernos, ya que muchos incluyen en sus componentes aleaciones de aluminio que pueden corroerse fácilmente.
Tipos de refrigerantes
En el mercado, existen tres tipos de líquidos refrigerantes según su tecnología de anticorrosión: inorgánicos, orgánicos y semiorgánicos, con diferencias tanto en su composición como en sus intervalos de cambio: cada 2 años o 40.000 km en el caso de los refrigerantes inorgánicos, y cada 4-5 años o 100.000 km para los orgánicos y semiorgánicos. No hacerlo a su debido tiempo puede provocar la oxidación de radiador, camisas, líneas de refrigeración de la culata, e incluso la rotura de alguno de los componentes del circuito.
La diferencia en esos intervalos está en que los inorgánicos suelen utilizar silicatos, mineral que tiende a degradarse de forma relativamente acelerada. Mientras, los refrigerantes orgánicos no utilizan este aditivo para la protección de la mecánica y, por lo tanto, ofrecen mayor versatilidad y, sobre todo, mayor durabilidad. Además, suelen tener el punto de congelación más alto, así como una mayor protección frente a la cavitación.
Posibles problemas
El circuito de refrigeración es hermético, lo que significa que no deberían darse pérdidas y que, en caso de que haya bajado el nivel del líquido, podría deberse a un problema en el mecanismo limitador de la tapa, o en alguna fuga por mangueras o abrazaderas.
En cualquier caso, hay varios motivos por los que el coche de nuestro cliente puede perder líquido refrigerante por lo que, antes de su sustitución, desde BG Products aconsejamos detectar el origen. De lo contrario, el motor seguirá perdiendo este fluido y la temperatura del motor podría subir por encima de lo recomendable.
Cambio del líquido refrigerante: una operación rentable
Para hacer del cambio del líquido refrigerante una operación aún más rentable, el taller puede ofrecer a sus clientes un completo servicio del sistema de refrigeración de BG Products (BG Cooling System Service).
Este servicio gira en torno a la máquina de intercambio BG CT2 (para los turismos) o BG CT6 (para vehículos pesados). Esta máquina es la encargada de sustituir el líquido de refrigeración de manera más eficiente, rápida y limpia que mediante el sistema tradicional, ya que esta herramienta (con marco de acero y consola de PVC) intercambia y extrae el fluido simultáneamente (el tiempo promedio de transfusión es de 5 a 10 minutos dependiendo del modelo).
Asimismo, BG Products ofrece tres soluciones para el sistema de refrigeración:
PN 511 BG COOLING SYSTEM SEALER. Este sellador, compuesto de fibras orgánicas refinadas, inhibidores de óxido y corrosión e ingredientes antiespumantes, sella pequeñas fugas en los núcleos del radiador y el sistema de refrigeración. Es compatible con todo tipo de refrigerantes e inofensivo para todas las partes metálicas o de goma.
PN 540 BG COOLING SYSTEM CLEANER. Limpia el circuito de refrigeración de diversos agentes contaminantes (aceite, minerales y oxidación) restableciendo el flujo de refrigerante, evitando el sobrecalentamiento. Además, previene fugas y daños en el sistema de refrigeración.
PN 546 BG UNIVERSAL SUPER COOL. Protege contra la formación de espuma, la corrosión y restaura los niveles de protección del refrigerante neutralizando su acidez. También previene fugas y el sobrecalentamiento, mejora el intercambio de calor en el sistema y extiende su vida útil.
El servicio del sistema de refrigeración de BG Products es un ejemplo más de cómo BG Products y Guaja Trading ayudamos a los negocios de mantenimiento y reparación de vehículos a generar más ingresos, optimizar sus recursos y mejorar su rentabilidad ¿Aún no nos conoces?