Una visión muy simple del motor y su mantenimiento sería pensar: “Si cambiamos el aceite usado por aceite nuevo cuando hacemos un cambio de lubricante, entonces estaremos limpiando el motor”. Sin embargo, esto no es así.
El aceite en los motores se descompone con el tiempo, un proceso que, en los propulsores actuales, que trabajan a altas presiones y temperaturas, es aún más rápido. De esta forma, el aceite lubricante desarrolla contaminantes que pueden acabar afectando al rendimiento del motor. Y entonces, ¿por qué no se eliminan esos contaminantes con cada cambio de aceite? Porque el aceite se convierte en parte del problema.
Con el tiempo, incluso el mejor aceite de motor se contamina con el combustible procedente de los inyectores y la humedad del aire. Las altas temperaturas continuas del motor calientan estos contaminantes en el aceite, lo que provoca que finalmente se descomponga, se oxide y espese.
MOTIVO 1. El cambio de aceite no es suficiente para limpiar el motor
Los materiales creados por la oxidación y el espesamiento del aceite se conocen como “subproductos de oxidación”. Para utilizar términos más simples, llamamos a estos depósitos “barnices y fangos o lodos”. Si tiene barniz y lodo, el aceite del motor ya no está limpio.
Esta mugre pesada convierte el aceite en una sustancia pegajosa (piense en ello como plástico calentado y quemado). De esta forma, el barniz y el lodo se adhieren a los componentes del motor… y no se irán solos.
MOTIVO 2. Los detergentes del aceite no limpian el motor
El aceite del motor tiene detergentes para “mantenerlo limpio”, no para “limpiarlo”. A medida que el aceite se oxida en condiciones normales, los detergentes evitan que el aceite se descomponga antes de que sea demasiado tarde.
Sin embargo, los largos intervalos de cambio de aceite y las altas temperaturas de funcionamiento causan hiperoxidación. La tasa de oxidación supera a estos detergentes por lo que aparecen los depósitos de barniz y lodo.
MOTIVO 3. Los depósitos son un problema real para el motor
Muchos automóviles modernos sufren pérdidas internas de aceite desde el primer día, en parte debido a las estrictas tolerancias dentro del motor mientras se acelera. Dependiendo de la marca y el modelo, la pérdida de aceite «normal» entre los cambios puede ser de hasta un litro de aceite cada 1.100 km aproximadamente.
Asimismo, los depósitos de aceite que se encuentran cerca de los anillos del pistón y las superficies superiores del motor causan este problema. Como estos depósitos no pueden eliminarse solo con el aceite de motor, los problemas de pérdida de aceite no desaparecerán sin una limpieza.
¿Cómo elimino en el taller los depósitos de aceite?
Eliminar los depósitos de barniz y lodo del aceite del motor requiere más que los detergentes que “mantienen limpio” el aceite del motor. A diferencia de estos detergentes de acción lenta, los productos específicos de limpieza del motor tienen un detergente único y especializado que se dirige específicamente a los depósitos de barniz y lodo.
Esta tecnología de limpieza la encontramos en un producto único: BG EPR® Engine Performance Restoration®. ¿Y cómo funciona? Basta con agregar BG EPR® al aceite del motor antes de cada cambio de aceite y dejar que el motor funcione durante 10-20 minutos. La “magia” ocurre cuando el motor alcanza temperaturas normales de operación. Entonces los detergentes de limpieza suavizan y eliminan con seguridad los depósitos pesados presentes en el aceite.
¿Y cuándo recomendar una limpieza del motor a mis clientes?
Con intervalos de cambio de aceite cada vez más largos, mantener el motor limpio es muy importante. Por eso, lo ideal es usar productos de limpieza en cada cambio, ya que productos como BG EPR® y el BG Performance Oil Change son la mejor solución para eliminar los depósitos en los motores de los vehículos de tus clientes.