Cambios manuales y automáticos: dos sencillas (y rápidas) soluciones alargan su vida y mejoran su rendimiento

Cambios manuales y automáticos: dos sencillas (y rápidas) soluciones alargan su vida y mejoran su rendimiento

¿Requiere algún mantenimiento el cambio manual? ¿Y el automático? La gran mayoría de los conductores tiene interiorizado que la caja de cambios manual no necesita ningún mantenimiento y que su preocupación no va más allá de evitar una (costosa) avería de este elemento a lo largo de la vida útil del vehículo, así como cuidar el embrague para esquivar también su rotura y sustitución (no siempre posible).

Mientras, muchos automovilistas desconocen que las transmisiones automáticas, aún grandes desconocidas a pesar del impulso que han experimentado en los últimos años incrementando notablemente su presencia en el parque de vehículos en España, requieren cierto mantenimiento, con la sustitución periódica del fluido de la transmisión, al igual que otros líquidos de los vehículos como el aceite lubricante, el refrigerante o el líquido de frenos.

Sin embargo, el funcionamiento de ambas está expuesto a fallos y se puede ver perjudicado por ciertos factores, si bien es posible corregirlos (si no hay una avería más grave de por medio) con dos soluciones tan sencillas de aplicar como efectivas (y rentables para el taller), gracias a BG Products.

Los problemas en los cambios manuales y automáticos

Los cambios manuales están expuestos al mal uso de los automovilistas (cambios de marcha demasiado rápidos o inadecuados —engranar la marcha atrás cuando el vehículo aún no está detenido—, o malos hábitos como mantener apoyada la mano en el pomo, no pisar a fondo el embrague…). De ahí la importancia de un fluido de la transmisión manual (como BG Syncro Shift®) en perfectas condiciones para facilitar cambios de marcha suaves y combatir el desgaste de las distintas piezas del sistema.

Por su parte, las transmisiones automáticas, aunque no tan vulnerables al mal uso de los conductores, son mucho más complejas. De hecho, contienen más partes móviles que cualquier otro sistema en un vehículo. Esas partes móviles están bañadas en el fluido de la transmisión para evitar su deterioro. Un líquido cuyas principales funciones serán la de proteger los engranajes contra el desgaste y combatir las altas temperaturas a las que operan las transmisiones automáticas.

Sin embargo, a partir de los 50.000 km, el fluido de la transmisión automática comienza a descomponerse, simplemente por las condiciones habituales de conducción y las altas temperaturas a las que se ve expuesto.

Entonces, se empiezan a formar depósitos en y alrededor de todas esas partes móviles. De este modo, lentamente, esas piezas comienzan a pegarse y atascarse, lo que hace que los engranajes patinen o vibren y dificulten el cambio.

La solución de BG Products

¿Y qué puede hacer el taller para solucionar estos problemas que llevarán a su cliente a visitar sus instalaciones? Gracias a BG Products, y una vez descartada una avería mayor, el profesional del mantenimiento y reparación de vehículos tiene a su disposición dos sencillas soluciones tan eficaces como rentables.

Por un lado, BG MGC (Multi-Gear Concentrate) PN 325 es un suplemento para cajas manuales que mejora el espesor de la película lubricante y las propiedades de presión extrema para superficies de engranajes y otras piezas móviles en condiciones de fricción.

Diseñado para su uso en todo tipo de aplicaciones de transmisión industrial manual, BG MGC®  suaviza las características del cambio; reduce la temperatura de la caja de engranajes y el desgaste de los componentes; mejora la estabilidad térmica; y alarga la vida útil del fluido.

Mientras, BG Quick Clean para transmisiones PN 106 elimina rápida y eficazmente los depósitos dañinos que se producen en las transmisiones automáticas y limpia el cuerpo de la válvula, la pantalla del filtro y otros componentes importantes de este sistema, manteniéndolo funcionando de manera eficiente.

De este modo, BG Quick Clean para transmisiones, adecuado para transmisiones automáticas con convertidor de par, con variador continuo y de doble embrague húmedo, mantiene el rendimiento de la transmisión, prolonga la vida del fluido y, en definitiva, alarga la vida de la transmisión.

BG MGC (Multi-Gear Concentrate) PN 325 y BG Quick Clean para transmisiones PN 106 son dos ejemplos más de cómo BG Products y Guaja Trading ayudan a los negocios de mantenimiento y reparación de vehículos a generar más ingresos, optimizar sus recursos y mejorar su rentabilidad ¿Aún no nos conoces?

¿Sabes sacar el máximo partido en tu taller al mantenimiento de las cajas de cambio automáticas?

¿Sabes sacar el máximo partido en tu taller al mantenimiento de las cajas de cambio automáticas?

En la actualidad, existen varios tipos de cajas de cambio automáticas y todas necesitan un mantenimiento periódico que, como veremos, puede ser más rentable para el taller si confía en soluciones como las que propone BG Products.

El cambio automático es un sistema de transmisión capaz, por sí mismo, de seleccionar las marchas sin la intervención directa del conductor. Entonces, si este tipo de cambio facilita la conducción ¿por qué el conductor español ha sido tan reacio a su elección?

Y es que, tradicionalmente, los automovilistas europeos, en general, han mostrado, por diversos motivos, una absoluta predilección por las cajas manuales. Uno de esos motivos era la fama (justificada) de que los coches automáticos tendían a un alto consumo de combustible. Sin embargo, la tecnología ha evolucionado tanto que, hoy, los cambios automáticos pueden ser incluso más eficientes que los manuales.

Asimismo, y cada vez más, las marcas ofrecen en sus gamas (hasta en los modelos más pequeños y económicos, y más allá de los eléctricos) el cambio automático, incluso como única opción, lo que ha abierto una oportunidad más de negocio para los talleres. Unos negocios que podrán contar con BG Products para convertir esa oportunidad en operaciones rentables.

Mantenimiento de las cajas de cambio automáticas ¿lo sabe el cliente del taller?

Hasta ahora, sin apenas necesidad de mantenimiento, las intervenciones de los talleres en las cajas manuales se centraban, sobre todo, en la reparación de averías relacionadas con el embrague o las propias cajas de cambio. No obstante, con la proliferación de las cajas de cambio automáticas —en 2018, el 21% de los turismos matriculados las montaba— se abre una nueva línea de ingresos: su mantenimiento.

Y es que, a diferencia de las manuales, las cajas de cambio automáticas requieren una revisión periódica, especialmente del aceite de la transmisión (en torno a los 60.000 kilómetros) y del filtro (en la mayoría de los cambios automáticos éste es externo y debe ser reemplazado según las recomendaciones del fabricante). Pero ¿lo sabe el cliente del taller?

Tirones, vibraciones, bajada de potencia, fuertes aceleraciones para iniciar la marcha, o cambios rápidos o lentos de marcha son síntomas que indican un mal funcionamiento y una posible rotura del cambio automático, en la mayoría de los casos, originados por un mantenimiento deficiente.

Una solución BG Products para cada cambio automático

Para la mayoría de conductores, el cambio de aceite es una operación que no se olvida, y que debe realizarse cada cierto número de kilómetros. Sin embargo, es fácil olvidar, y más por la falta de costumbre, que las cajas automáticas también están bañadas en fluido lubricante que debe ser sustituido.

Vamos a ver qué tipos de cambios automáticos hay y cómo BG Products ayuda al taller con una solución adaptada a cada una de ellas:

Manual robotizada o pilotada

Son un híbrido entre manual y automática, y las más asequibles en el mercado, lo que ha permitido aumentar su presencia en los segmentos más pequeños. Básicamente, se trata de un cambio manual con un embrague electrónico que gestiona una centralita y, aunque la transición entre marchas es algo lenta y poco suave, la realidad es que si se usa en modo secuencial manual, mediante levas, la respuesta es más rápida.

Con convertidor de par

A diferencia de las primeras versiones, las actuales se caracterizan por sus cambios suaves y rápidos. Suele contar con una opción de uso secuencial para poder cambiar en modo manual. Todo ello, en una caja que une la mecánica y la transmisión mediante la hidráulica, arrastrando el movimiento de la caja de cambios para enviar el par motor a las ruedas motrices. Son las que permiten un mayor número de marchas (hasta 10 incluso).

Para estas cajas, gracias a BG Products, el taller dispone de dos tipos de fluidos: ATF Premium y ATF Baja Viscosidad que ofrecen una excelente protección térmica y de control de la corrosión.

De doble embrague

Este tipo, también conocido por sus siglas (DSG, S-tronic, PDK, DKG, EDC…), según el fabricante que lo monte, fue introducido por el Grupo Volkswagen aunque ya son muchas las marcas que lo incluyen en su oferta. Su ventaja reside en su rapidez, pues es como si se dispusiera de dos transmisiones en una (una para las marchas pares y otra para las impares) que, al sincronizarse, permiten realizar cambios en milésimas de segundo.

Este tipo es el que precisa un mantenimiento mayor al del resto de opciones. Para su cuidado, BG Universal Synthetic DCT Fluid mantiene en perfecto estado todos los sincronizadores, rodamientos y embragues húmedos y proporciona una protección excepcional de los componentes y una mayor fiabilidad del servicio.

De variador continuo (CVT)

Su funcionamiento es muy distinto al de las de convertidor de par. Disponen de dos poleas unidas por una correa en V que varía su extensión y recorrido en función de la aceleración. Este tipo tiene la particularidad de que las relaciones de cambio pueden ser infinitas, por lo que el escalonamiento es artificial y un gestor electrónico es el encargado de simular entre 5 y 8 velocidades para que parezca un cambio automático convencional. En algunos modelos, el conductor puede seleccionar la marcha desde el volante.

Para estas cajas automáticas, la solución de BG Products pasa por el fluido PN 318 UNIVERSAL CVT FLUID, que proporciona una excelente protección de los componentes internos y ofrece una estabilidad térmica superior.

La clave para un correcto mantenimiento de las cajas de cambio automáticas

Para una correcta sustitución del aceite de las cajas de cambio automáticas, es fundamental contar con una maquina específica, como BG PXT, que introduzca el aceite limpio, sacando, a su vez, el sucio. Pues, si este procedimiento se hace de manera tradicional, no conseguiremos retirar todo el fluido viejo (apenas saldrá en torno al 40-50%). Asimismo, el uso de esta solución permite una operación más rápida y limpia.

Como ves, desde BG Products y Guaja Trading ayudamos a los negocios de mantenimiento y reparación de vehículos a generar más ingresos, optimizar sus recursos y mejorar su rentabilidad con operaciones que, además, generan clientes satisfechos ¿Aún no nos conoces?

El mantenimiento de la dirección asistida: más allá de solucionar ruidos

El mantenimiento de la dirección asistida: más allá de solucionar ruidos

Los ruidos en los coches no anticipan, por regla general, nada bueno. Todo aquel ruido más allá de los habituales debe poner en alerta a cualquier conductor. Y es labor del taller concienciar en este aspecto, ya que una detección a tiempo de cualquier pequeño fallo puede suponer el evitar una avería más importante.

Cualquier componente del vehículo es susceptible de emitir algún ruido (ya sea en forma de crujido, chirrido, quejido…) en caso de fallo y la dirección no es una excepción. Así, cualquier ruido que el cliente del taller detecte en la dirección de su vehículo, por ejemplo, cuando gira el volante, puede ser síntoma de un problema en este sistema.

El sistema de dirección asistida

El sistema de dirección asistida ayuda a los automovilistas a girar sin esfuerzo el volante. Hasta su invención y proliferación en el parque de vehículos, los conductores tenían que ‘luchar’ con su volante para moverlo, especialmente, al realizar determinadas maniobras. Y cuanto mayor era el motor, mayor era la ‘lucha’.

De este modo, la dirección asistida, es un sistema complejo que entrega potencia al mecanismo de la dirección para que sea más fácil de conducir. Las hidráulicas fueron de los primeros modelos de dirección asistida junto con las de vacío, pero las primeras terminaron por imponerse. Son las más habituales en toda clase de vehículos aunque están siendo sustituidas por las electro-hidráulicas y las eléctricas, de forma que apenas las vemos en los nuevos modelos.

La dirección hidráulica —con un mantenimiento sencillo— utiliza energía hidráulica para generar la asistencia. Para ello, utiliza una bomba hidráulica conectada al motor. El funcionamiento puede variar dependiendo del fabricante, pero el modelo más general aprovecha la propia cremallera como pistón hidráulico para generar la asistencia.

Así, cuando el conductor gira el volante, la válvula de control que actúa a modo de sensor y distribuidor hidráulico, permite el paso del fluido hacia uno de los lados del pistón, aumentando la presión en ese lado y haciendo que la cremallera se desplace axialmente hacia el lado al que el conductor gira el volante. Una vez que el conductor deja de girar el volante, la presión se iguala y la cremallera queda en su posición original.

Si bien los sistemas de dirección asistida eléctrica tienen algunas ventajas (como ayudar a la eficiencia del combustible), también tienen inconvenientes. Así, algunos sistemas de dirección asistida eléctrica no utilizan líquido, pero los que sí lo tienen deben ser mantenidos. Esos sistemas son más complicados para trabajar en ellos y son más costosos de reparar o reemplazar si llega el momento de hacerlo.

Lo mejor: el mantenimiento preventivo

Entonces, ¿cuál es la mejor forma de evitar problemas en este sistema? Como siempre: el mantenimiento preventivo. Cumplir con las recomendaciones del fabricante en cuanto a los servicios requeridos (incluida la sustitución del líquido de la dirección asistida si es necesario) es un gran paso para mantener este sistema en buen estado y alargar su vida útil.

Y es que, como la mayoría de los sistemas de un vehículo, el de la dirección asistida se basa en un líquido especial para que funcione sin problemas. Cuando ese fluido se ve comprometido, causa problemas en el sistema.

De esta forma, si el cliente del taller escucha un ruido anormal (chillido, quejido o chirrido), puede indicar que hay poco líquido de la dirección asistida en el sistema, o que el líquido está sucio o contaminado… o todo al mismo tiempo. En cualquier caso, la cremallera de la dirección asistida no funcionará como debería. De ahí, los ruidos extraños.

¿Y cómo solucionar el problema? En el mejor de los casos, puede ser tan simple como rellenar el depósito del líquido de la dirección asistida. Sin embargo, en escenarios más complicados, podría haber una fuga en el sistema o una pieza dañada que deba ser reemplazada.

Si nuestra función pedagógica no ha caído en saco roto, en caso de duda, el cliente acudirá a su mecánico de confianza, a nuestro taller, para que revisemos su vehículo y podamos corregir el problema.

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“Mi coche huele a…” ¿Sabes identificar averías en el taller por los olores que detecta el cliente?

“Mi coche huele a…” ¿Sabes identificar averías en el taller por los olores que detecta el cliente?

¿Qué profesional de la reparación de vehículos no se ha encontrado alguna vez con un cliente que ha acudido a su taller y le ha dicho: “mi coche huele a (pon el olor que se te ocurra), ¿qué puede ser?”?

Y es que los olores desagradables o inusuales suelen ser indicadores de que algo está a punto de ir mal (o ya está yendo mal) en el vehículo. Por eso, es la labor del taller hacer pedagogía con sus clientes y animarles a ir al taller cuando llegue esta situación para realizar una revisión del vehículo.

Olores que denotan fallos o averías

No obstante, y antes de empezar a ponernos manos a la obra con el coche de nuestro cliente llegado este caso, identificar un puñado de olores “problemáticos” comunes servirá al profesional de pista o guía para saber de dónde puede venir el fallo o la avería.

Asimismo, aprender a reconocer estos olores es importante pues podemos enseñar a nuestros clientes a idenfiticarlos y, con ello, prevenirles de futuras averías e, incluso, de un accidente.

#1 – Sobrecalentamiento de las pastillas de freno

Por ejemplo, ¿qué pasa si el olor proviene de los frenos? ¿significa que necesitan un mantenimiento inmediato? El sobrecalentamiento de las pastillas de freno tiende a emitir un olor característico a alfombra quemada o a pelo quemado.

De todos modos, este olor no siempre significa necesariamente que se deban reemplazar las pastillas de freno. Si este olor se produce tras bajar una montaña con el pie en el freno la mitad del tiempo, el olor probablemente es normal (consejo para el cliente: en lugar de frenar es menos dañiño para los frenos usar marchas cortas).

Sin embargo, si este olor se produce en condiciones normales podría significar que un freno se está “arrastrando” porque el pistón de la pinza se ha bloqueado. En este caso, el coche necesita una reparación inmediata.

#2 – Mangueras o cinturones sueltos

Cuando una manguera, manguito o correa se suelta, generalmente hace contacto con otras partes bajo del capó que se calientan mucho mientras conduce. Como estos componentes están hechos de goma, el olor que nos ‘traerá’ el cliente será a goma quemada.

Este olor se suele asociar a los neumáticos (incluso existe la frase “quemar goma” para referirnos a conducir rápido), pero suponiendo que el cliente no haya estado haciendo derrapes o acelerones, el olor es probable que proceda de algún componente de caucho del motor.

#3 – Sistema de climatización

Si huele a moho, en el interior del vehículo, sobre todo, al conectar el sistema de climatización, puede significar que ha surgido moho dentro del evaporador. Esto generalmente se debe a que la humedad se condensa y permanece estancada, lo que le da tiempo para crecer al moho.

La solución puede ser desde algo tan simple como apagar el aire acondicionado pero dejar el ventilador encendido mientras conduce unos pocos kilómetros para conseguir que se seque el sistema, o bien podría ser necesario aplicar un fungicida, incluso cambiar el filtro de habitáculo.

#4 – Línea de inyección de combustible con fugas

Por otra parte, si el cliente acude al taller por un fuerte olor a gasolina o gasóil en cualquier momento que no esté en una estación de servicio, puede deberse a una línea de inyección de combustible defectuosa.

En el peor escenario, podría deberse a un problema en el sistema de emisiones o, peor aún, una fuga de combustible que podría incendiar el vehículo. En cualquier caso, el paso por el taller es urgente.

#5 – Fallo en el convertidor catalítico

Otro olor con el que pueden acudir al taller es el olor a huevos podridos. En este caso, si el convertidor catalítico de su vehículo huele a huevos podridos significa que el catalizador no funciona correctamente: no está convirtiendo el azufre presente en la gasolina y ese es el olor que probablemente esté experimentando tu cliente.

#6 – Fugas del refrigerante

Por otra parte, otro olor como a dulce, casi como a jarabe o caramelos también puede anticipar una fuga de refrigerante. Asimismo, una subida de temperatura junto con un fuerte olor acre, picante, denota una pérdida crítica de refrigerante.

En el taller, además de comprobar el nivel, primero habrá que descartar posibles fugas o algún fallo en, por ejemplo, la bomba de agua.

#7 – Otros olores

Si el olor referido es a aceite quemado (olor acre, que se vuelve más picante cuando se quema), el motor podría estar quemando lubricante. Si el motor quema aceite en exceso, y esto se acompaña de un humo azulado o gris, es porque existe un fallo en algún punto del circuito. Asimismo, este olor también puede estar causado por un nivel demasiado bajo del aceite.

También puede oler a aceite quemado por el fluido de la transmisión. Este líquido es bastante difícil de oler desde el interior del vehículo. Es más sencillo detectar una fuga antes de olerlo. En el mejor de los casos, una junta está comenzando a desgastarse o alguna conexión está suelta. Mientras, en el peor escenario, la junta de la bomba o del eje de salida ha fallado y entonces sí que hay un problema.

Como ves, conocer los distintos olores que puede desprender un vehículo te puede dar una pista de por dónde comenzar la revisión del vehículo para detectar el fallo lo antes posible. De igual forma, en BG Products y Guaja Trading encontrarás la ayuda que necesitas para tu negocio. Y es que en nosotros tienes los aliados de la rentabilidad de tu taller.

Revisión de los vehículos en la desescalada: operaciones rentables para el taller

Revisión de los vehículos en la desescalada: operaciones rentables para el taller

Este 2020 se va a llevar muchas cosas por delante, algunas de ellas irreparables. En lo que a los negocios de reparación se refiere, el cese forzoso de la actividad ha supuesto en mazo en su línea de flotación.

Todo esto, en lo más evidente. Si vamos un poco más allá, a la letra pequeña. vemos como el confinamiento ha coincidido con una época del año en la que suele haber un pico de trabajo previo a la Semana Santa, que este año no se ha podido aprovechar. Asimismo, las operaciones estacionales de primavera tampoco se han realizado hasta ahora.

Con las medidas de confinamiento en plena relajación, la mayoría de los talleres han retomado su actividad o están a punto de hacerlo. Y es que, aunque sea con menor flujo del deseable, los clientes están volviendo a los talleres para realizar esas reparaciones y mantenimientos que se habían quedado también en cuarentena, o bien han surgido en este tiempo…

Sea como fuere, desde el taller podemos animar a nuestros clientes a revisar sus vehículos tras semanas de inactividad. Una estrategia que puede ser efectiva para recuperar el pulso del negocio e incrementar las operaciones, algo esencial en estos momentos.

Revisión poscuarentena

Tras semanas de confinamiento severo, con miles los coches que apenas se han movido (ni tampoco revisados), el taller puede jugar su baza y animar a sus clientes a revisar su coche para ponerlo a punto para la desescalada.

Más, teniendo en cuenta que la movilidad también algo menos restringida y que, además, muchos usuarios optarán por el vehículo particular en lugar del transporte público para moverse. Así, podemos poner en marcha una campaña de revisión de elementos básicos.

No en vano, son varios los elementos del vehículo a los que prestar atención tras varias semanas de parón: batería, neumáticos (pérdida de presión, posibles deformaciones), escobillas limpiaparabrisas, alumbrado (¿alguna lámpara fundida?)…

A ello podemos añadir dos de esas operaciones estacionales que han pasado desapercibidas: revisión del sistema de aire acondicionado y sustitución del filtro de habitáculo.

En este sentido, recuerda que BG Frigi-Fresh está especialmente formulado para eliminar bacterias, hongos y suciedad del sistema de climatización.

Comprobación de los fluidos

No. no nos hemos olvidado. Otro aspecto muy importante de estas semanas de confinamiento son los fluidos, especialmente su estado y nivel. De este modo, otro punto, cuando no el principal, sobre el que el taller debería dirigir el foco de sus clientes está en la revisión del nivel del aceite de motor o de la trasmisión, y de los líquidos refrigerante o los frenos, incluso del limpiaparabrisas.

Todos ellos pueden haber sufrido una bajada de nivel (¿ha detectado tu cliente alguna mancha sospecha bajo su vehículo?). Así, conviene revisar todos los niveles, rellenar cuando toque o, incluso, reemplazarlo si ha llegado el momento.

También aquí puedes contar con las soluciones que pone a tu disposición BG Products: aceites para transmisión, líquido de frenos

En cuanto al aceite, si ha bajado excesivamente el nivel o presenta un color muy oscuro, puede ser el momento de cambiarlo (sino es que por kilometraje ya toca y se ha retrasado su sustitución). Entonces, el taller puede recomendar BG Performance Oil Change, la forma práctica, y rentable, de restaurar el comportamiento del motor.

Operaciones rentables: más allá del cambio de aceite

Y es que con el servicio cambio de aceite BG Performance Oil Change, conseguimos limpiar adecuadamente el sistema de lubricación del vehículo, aumentando la compresión en el motor. Además, mejoramos las propiedades en el aceite nuevo, neutralizando los ácidos, y evitando su evaporación.

Y, al mismo tiempo, añadimos un producto al sistema de combustible que permitirá, de forma rápida y eficaz, limpiar todo el sistema de alimentación ¿El resultado? Operaciones rentables que devuelven a los motores sus prestaciones y rendimiento originales, optimizando su consumo y eficiencia, y consiguiendo clientes más satisfechos.